Infinidad de bocinazos suenan al mediodía, cual campanadas que anuncian las 12. Sucede en la esquina de Mendoza y Catamarca cuando se produce un cuello de botella en el tránsito, en el que confluyen colectivos (demasiados), autos, camionetas y motos. Se mueven al mismo tiempo, tan juntos, que hasta hay vehículos que se rozan y eso genera cruces de palabras (o de insultos). Otros, en sus dos ruedas, evaden el embotellamiento yendo en contramano. Esa es la imagen en horas pico desde que cambiaron el sentido de la calle Mendoza al 900: hace dos meses corre de este a oeste. Vecinos y conductores sostienen que fue una mala idea y piden la marcha atrás de esa decisión municipal.
El objetivo principal de cambiarle el sentido a la arteria, desde el 6 de febrero, fue descongestionar Salta y agilizar el tránsito vehicular en ese tramo del microcentro, según explicó a los medios el subsecretario de Tránsito y Transporte municipal, Juan Giovanniello. Entonces remarcó que con la medida se buscaba complementar la decisión dispuesta en 2011, cuando se cambió también el sentido de circulación de Mendoza al 800.
Pero la búsqueda de una solución genera hoy un problema en otros sectores: hay más autos en la Catamarca (en especial desde 24 de Septiembre hasta Corrientes) y en las calles que bajan al centro (San Juan y Corrientes). Mientras que la Mendoza al 800 y al 900 parece desierta: se convirtió en una calle ciega, porque no tiene salida (su sentido este/oeste se corta en Catamarca), y es por ello que no la toman como opción para salir del microcentro.
“Antes se congestionaba la Catamarca y Mendoza, pero no tanto. Esto es un infierno en las horas pico. A veces se agarran a las piñas y no dan bolilla a los carteles que indican contramano. Sería una solución volver a cambiar el sentido de la Mendoza y que se pueda llegar hasta la Junín”, opina Santiago González, que trabaja en un kiosco en esa esquina bulliciosa.
Dos inspectoras de Tránsito contabilizan ayer al mediodía los vehículos pasan por esa intersección: unos 24 autos y unas 25 motocicletas por cada semáforo en el horario pico (desde las 11.15 a las 12.30). “Es mucho y a veces supera ese número. Además, circulan unas 10 líneas de colectivos urbanos e interurbanos por la Catamarca”, agregan las municipales Carla Pérez y María Zurita, a quienes les solicitaron un relevamiento de vehículos, porque “no están bien las cosas allí”. Por otra parte, advierten que las infracciones de Tránsito son moneda corriente en ese lugar: “pasan en rojo, cruzan en contramano por la Mendoza al 900 y al 800, suben motos a la vereda, no respetan la línea peatonal ni mucho menos la de frenada. Es muy convulsionada”.
Para el peatón tampoco es una esquina fácil. Si bien está semaforizada, puede llevarle un buen tiempo cruzar con seguridad al mediodía. A eso se le suma que quienes caminan no tienen visibilidad del semáforo de la Mendoza al 900: es que el dispositivo de señalización está por detrás de la línea peatonal. “No se ve cuando le da el verde a los autos”, indica Mónica Ludueña, que caminaba en dirección a Catamarca al 100.
> 2.800 vehículos pasan por esa equina en dos horas (horario pico).
> 30 minutos puede tomar -en auto- el tramo de San Lorenzo a Sarmiento, por Catamarca.
Temporal
Enrique Romero, subsecretario de Tránsito y Transporte Operativo Municipal, explica que su repartición hace un conteo para demostrar que hay una sobrecarga de la Catamarca. Ya tiene números impactantes: detalla que circulan por esa arteria, desde 24 de Septiembre hasta Corrientes, en horario pico, unos 2.800 vehículos. Por ese motivo -remarca-, circular ese tramo de la Catamarca puede llevar hasta media hora. Otro dato que aporta es que esa cantidad de autos y motos genera un retraso en el transporte público de pasajeros de unos 10 a 15 minutos, y que una de las tantas consecuencias de este embrollo es que pocos conductores usan el túnel de la Mendoza.
“En el decreto por el que se cambió el sentido de Mendoza al 900 se destaca que es una medida de carácter experimental y temporal. Por eso haré una presentación al intendente Germán Alfaro para que revea el decreto”, añade Romero. La solución -a su entender- es que la Mendoza tenga el mismo sentido desde la Suipacha y hasta la Junín, de oeste a este.